Existen, ya, teléfonos que hacen uso del protocolo IP, al que ya nos hemos referido en anteriores entradas y que permite iniciar, mantener y finalizar las llamadas que se realizan a través del VoIP. Estos teléfonos están desarrollándose, porque también están comenzando a surgir más tarifas y servicios de línea con esta tecnología por parte de las operadoras (Tema del cuál hablaré en otra entrada).
Estos nuevos modelos de teléfono poseen características de los modelos tradicionales, pero también nuevas herramientas como pantallas (más grandes o la aparición de estas) para poder utilizar algunos de los servicios que ofrece la tecnología VoIP como son las vídeo llamadas. Además, aunque no sean inalámbricos y necesiten del cableado normal, no utilizan las mismas infraestructuras que los modelos tradicionales. Éstos son enchufados o conectados al modem inalámbrico o router, ya que utilizan Internet para su conexión, como ya sabemos.
Obviamente, para que poder usar estos aparatos, debemos contar con una cuenta VoIP. Al igual que para usar el fijo de casa, ahora mismo, necesitamos un número de teléfono y una línea que nos dé el soporte que necesitamos en cuanto a infraestructuras y red. Las desventajas del uso de estos terminales
Un ordenador, con sus correspondientes interfaces, herramientas u aplicaciones, puede realizar también la función de estos teléfonos de los que estamos hablando y un Smartphone, como ya ha quedado claro, al igual que un PC, también.
Existe, entonces, atendiendo a lo ya dicho, una división entre los teléfonos IP basados en Hardware, que son aquellos que tienen el aspecto de un teléfono normal, pero se conectan a la red, en vez de al cableado teléfonico analógico; y, por otro lado, los teléfonos IP basados en Software o los virtuales, que usando otros soportes como el ordenador u los smartphones, nos posibilitan realizar las llamadas que queramos.
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